Un simple te
quiero.
Sola en casa,
sentada en una silla enfrente de una mesa en la que resguarda una jarra de agua
fría y un vaso, me paro a pensar, ¿Qué ha sido de ti?, ¿Por qué te marchaste
tan deprisa y ahora vuelves como si nada? No lo entiendo no lo entenderé nunca.
Logré olvidarte
una vez, dos ya no puedo.
Intento contener
las lágrimas mientras decido coger la jarra de la mesa, la acerco al vaso y
sigilosamente voy dejando caer gota por gota el agua que resta en ella.
Y vuelvo a empezar
, desde el día en que nos conocimos, aquella tarde mágica de primavera, en la
que me conquistaste desde el primer momento, noté algo que no había sentido
nuca, notaba mariposas en el estómago, agitaban las alas muy deprisa, tanto que
me costaba mantener la respiración.
Así fueron los
primeros años,
Intento
recordarlos 4 años siguientes, no puedo, soy incapaz, sudores fríos se apoderan
de mi cuerpo, dejo la jarra donde estaba, respiro seguidamente sin dejar
espacio entre ello, intento tranquilizarme.
Esos 4 años han
sido en vano, no has estado a mi lado, he negado todas las veces que me han
preguntado que te quiero y ha sido la mentira más grande que he podido decir
jamás y que me perseguirá hasta acabar conmigo. He odiado y odiaré a todas
aquellas que se acerquen a ti. Sí, soy celosa, pero eso es culpa tuya, porque
me has hecho sentir una princesa y me has hecho pensar que soy especial y eso
pocos por no decir ninguno lo han conseguido.
Y ahora vuelves
como si no hubiera pasado nada, me dices que me quieres y que no has podido
olvidarme nunca, que hago ¿te creo? Intento hacerme la dura y te digo que yo no
te he echado de mensos, pero se me nota en la cara y es que aún siento lo del
mismo del primer día, parece que las mariposas han estado ahí todo este tiempo.
Me miras fijamente,
no despegas ojo de mi cara, empiezas por los ojos, la nariz y finalmente la
boca, nos separa un metro de distancia, aparto mi mirada hacia el suelo, te
acercas poco a poco y me abrazas, tu silencio vale más que mil palabras ,
cierro los ojos y noto de nuevo tus
cálidos abrazos, los que tanto ansiaba.
Noto como una
lágrima se desliza por mi rostro y tras ella muchas más que acaban por
desbordar el vaso que está justo enfrente de mí. Y noto como el aguase
desvanece igual que mis recuerdos, nuestros recuerdos. ¿Habías de perderme para
poder valorarme? No lo entiendo.
Cojo un cuchillo y
lo clavo justo en medio de la carta, susurro un te quiero y me lo clavo en el
corazón como señal de que no eres una parte sino todo él.
Sí soy cobarde, no
soy valiente, nunca he tenido el suficiente valor como para decirte lo qu
siento, por miedo a perderte quizá.
Te quiero.
PAULA
CLEDERA
Álbum fotográfico:
Día de mi
cumpleaños, el día más deseado del año, 5 años recién cumplidos, mis amigos
corriendo de arriba abajo, nadie estaba quieto, excepto yo. Mirada perdida
hacia un lugar desconocido, soy pequeña, pero pienso. Oigo gritos, me cantan el
cumpleaños feliz, dejo mi mente en blanco, y pienso, pienso mi deseo antes de
soplar las velas, un día muy especial. Siento como las velas se van consumiendo
poco a poco y el olor de la cera quemada hace que me dé más prisa a la hora de
pensar, y deseo. Dejo caer el aire con fuerza hacia la llama y me creo que se
cumplirá, soy inocente.
Miro repetidamente
la fotografía y no puedo evitar sacar una sonrisa cada vez que la veo.
Anhelo ese día.
PAULA CLEDERA
No hay comentarios:
Publicar un comentario